me dejó descalza, detrás de un ciprés.
Abrí bien los ojos sin saber por qué
y el ruido del viento, susurró en francés
mi canción de infancia y después se fue.
¡Ausente señor!
Y llegó otro invierno, más frío que ayer
más frío de insomnio, más frío de piel
Encendí fogatas por todo el vergel,
me fui a la montaña, gire en carrusel,
dormí en maizales, sin llegar a él.
¡Ausente señor!
Y la primavera ni un beso me dio.
Trepó en madreselvas y apenas me habló.
Floreció el almendro, rosado a granel
y entre tanta flor quise ser clavel
oler a retamas, oler a Channel.
¡Ausente señor !
El viejo verano sus puertas abrió,
un aroma a lilas del norte llegó,
sin decir palabra, sin decir adiós.
Todo fue silencio, mi ingrato señor
nadie dijo nada, nadie alzó la voz.
¡Ausente señor!
© Edmée Cobo Giancáspero
Registro de propiedad intelectual
código 1011227908757
J'ai aimé ce beau poème. Bravo!
ResponderBorrar