mi soledad, mis momentos, mis puzles, mis nacimientos,
con muertes y un mar de intentos,
con dioses, astros y soles,
que giran, giran, que giran, las vidas que ya no tengo,
en tantos siglos que llevo, cambiando ciudad y traje
y ordenando como puedo mi salud y mi equipaje
Con mi peine de plata y mi arrugada chaqueta
Mi lapicera de cobre y mi perfume a violetas
Mis libros con sus recetas de pócimas muy secretas
Y mis versos de poeta aferrados a una insólita carpeta.
quejándose y masticando la sal, el dulce, el amargo.
Las ruedas crujen cansadas, de adioses, miles y tantos
Las ruedas siguen girando, no preguntes ¿Hasta cuándo?
Conocen bien el camino, pero dudan de la meta.
Al final…
Todo es incierto como si fuera
ruleta
que se juega
y se desnuda con preguntas
bien inquietas.
¿Dónde están las siemprevivas?
¿Dónde están las nomeolvides
Cruzando, señor, cruzando…
los caminos de la vida,
los rostros de cien ausentes,
las sombras que da la muerte
Al puerto de la esperanza
Nomeolvides... en el tiempo
Siemprevivas.. en el alma.
© Edmée Cobo Giancáspero
Registro de propiedad intelectual
Código: 1102218550847
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