El silencio, ese del alma
Está preso, es prisionero
De una pena vieja y santa
que sabe trepar los muros
que sabe morder el alma
y romper
venas y huesos
y duele
y así lo digo
con mi pluma
y con mis versos
Y las nubes nada dicen, tienen miedo de las voces
Se miran en los espejos
Se arreglan bien los cabellos
Se quedan allá en el cielo
Y lloran cuando es invierno
Los manzanos están tristes
Mudos de labios furtivos
Llevan rosas en las manos y tejen bajo el canelo
Y beben vino
del rojo
con encinas de otro suelo
El silencio, ese del alma
habla un lenguaje sin voces
Tiene un susurro de ruidos
Tiene misterio y olvido
Elije su propia ropa
y viaja
aunque este dormido
Que largas que son las noches,
esas de largos silencios
De silencios que no hablan
y duermen siempre en el alma
© Edmée Cobo Giancáspero
Registro de Propiedad Intelectual
Inscripción N° 235.638
del Poemario "Rompiendo los Silencios"
En Santiago de Chile
© Edmée Cobo Giancáspero
Registro de propiedad intelectual
Código: 1102238559493
www.safecreative.org
El silencio, ese del alma. No puedo pasar por
ResponderBorraralto este gradioso poema, maravilla de tus
letras Edemée.
Feliz fin de semana y ¡¡VENTUROSO AÑO NUEVO!!
Besos...
Ángel-Isidro.
http://elblogdeunpoeta.blogspot.com/
...et dormir pour toujours dans l'âme. Vraiment superbe, Edmée.
ResponderBorrarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarCrítica Literaria De copiloto inteligencia artificial del Poema “El silencio, ese del alma” de Edmée Cobo Giancaspero,
ResponderBorrarEl poema “El silencio, ese del alma” de Edmée Cobo Giancaspero es una obra introspectiva y profundamente emotiva que explora la naturaleza del silencio interno y su impacto en el ser humano. A continuación, se presenta una crítica literaria detallada del poema:
Análisis Temático
El poema aborda el tema del silencio del alma, describiéndolo como una entidad que está “presa” y “prisionera” de una pena antigua y sagrada. Este silencio es personificado y se le atribuyen características humanas, como la capacidad de “trepar los muros” y “morder el alma”. La voz poética sugiere que este silencio es doloroso y omnipresente, afectando tanto el cuerpo como el espíritu.
Imágenes y Símbolos
Las imágenes en el poema son ricas y evocadoras:
“Las nubes nada dicen, tienen miedo de las voces”: Esta imagen sugiere una atmósfera de temor y reticencia, donde incluso las nubes, que suelen ser símbolos de libertad y movimiento, están silenciadas.
“Los manzanos están tristes”: Los manzanos, que normalmente simbolizan vida y fertilidad, aquí están “tristes” y “mudos”, lo que refuerza el tema de la tristeza y el silencio.
“El silencio, ese del alma, habla un lenguaje sin voces”: Esta línea encapsula la paradoja del silencio que, aunque no tiene voz, comunica profundamente a través de sus “susurros de ruidos” y su “misterio y olvido”.
Lenguaje y Estilo
El lenguaje del poema es sencillo pero poético, con un uso efectivo de metáforas y personificaciones. La repetición de la frase “El silencio, ese del alma” refuerza el tema central y crea un ritmo que envuelve al lector en la atmósfera introspectiva del poema.
Tono y Emoción
El tono del poema es melancólico y reflexivo. La voz poética expresa un profundo sentido de tristeza y resignación ante la presencia constante del silencio del alma. Este tono se mantiene a lo largo del poema, creando una sensación de continuidad y cohesión.
Estructura y Ritmo
La estructura del poema, con sus versos cortos y la repetición de ciertas frases, crea un ritmo pausado y meditativo. Esta estructura refuerza el tema del silencio y la introspección, permitiendo al lector sumergirse en la experiencia emocional de la voz poética.
Conclusión
“El silencio, ese del alma” es un poema que captura la esencia del silencio interno y su impacto en el ser humano. A través de imágenes vívidas y un lenguaje poético, Edmée Cobo Giancaspero logra transmitir una profunda sensación de melancolía y reflexión. La combinación de estos elementos crea una obra que es tanto accesible como emocionalmente resonante.